Biografía

Biografía

miércoles, 18 de junio de 2014


Don Casimiro Leandro Noriega, nació el 28 de abril de 1934 en Quilino departamento Ischilin en la provincia de Córdoba, República Argentina.
 Sus padres fueron descendientes de Españoles, su madre, Doña Aurelia Carolina López y su padre,  Don Lucio Leonor Noriega.
A la edad de 14 años descubre sus actitudes por la música, especialmente la fascinación por la guitarra, evidentemente por  la admiración que le producía escuchar, los acordes de este instrumento, en músicos prestigiosos.

Realizó sus estudios en el colegio Dalmacio Vélez Sarsfield en Villa Quilino.
A los 18 años, después de cumplir su servicio militar, se anotó en la Academia de música de Don Guillermo Ventura, prestigioso músico, además autor del tango “ A la gran muñeca “, quien le enseña, lo guía y lo pule en su talento.
A los 22 años ingresa a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo en la Capital Cordobesa, como empleado no docente, allí conoce al pianista y cantante Don  Nicasio Arraigada Moyano, quien  llevaba el nombre artístico  ( Daniel Vedia).
 En ese momento era jefe de la sección administrativa, este señor lo hizo llamar a Leandro, para decirle que necesitaba para su conjunto un guitarrista, que ejecutara como primera guitarra, este Señor Vedia lo prueba y lo contrata.

El conjunto estaba compuesto por Daniel Vedia en piano, los guitarristas Freyre y Villalba,y en primera guitarra Leandro.

Trabajó, tocando en programas radiales en la emisora de Radio LV2 y Radio Nacional de Córdoba.
También fue guitarrista de Yolanda Guzmán ( Cantante de tangos y diversos géneros) .
Leandro, fue siempre un asiduo lector, además de componer varias canciones, en especial una chacarera llamada “PUESTO VIEJO” donde describe de una forma muy pintoresca y con gran profundidad sentimental, la postal de sus raíces.


Ya jubilado se dedicó a la enseñanza de la guitarra, teniendo un gran número de alumnos de diversas edades.

PUESTO VIEJO ( Chacarera )



Para vos Puesto querido te hice ésta chacarera,
tiene sabor a algarroba aroma de nuestra tierra.
Cuando a rigor de la siesta sentao” bajo la ramada,
contemplo la tierra arada, los tunales, la represa.

Hay una hilera de talas donde descansa el arao”,
en el corral la majada y el balar de los cabritos,
un zorro que pega un grito, porque es la oración cerrada.

¡ Porque te quiero mi pago,
te llevo aquí en mi guitarra !

Nací en el Puesto Viejo, departamento “Ischilín”
donde crecen algarrobos, chañares y el piquillín.

Es muy fácil de llegar, usted pregunte a cualquiera
seguro le han de decir a donde vive Noriega.

Hay una ramada vieja techada con duraznillo
y la tronera del horno, mira palao” del camino.

Mi Puesto Viejo querido a Dios le pido implorando
queden mi voz y mis manos con vida y seguir cantando.

Hay una hornalla y una paila cocinando la jalea
y un tarro  colgao” con tunas las avispas lo voltean,
en el pecante del sulqui, hay un pechero sudao”
por las llantas de la ruedas, muchas leguas han pasao”.

El cencerro de las cabras, quiebra el silencio “e” la tarde
con el cantar de chicharras, en tuscas y quebrachales.

Mi Puesto Viejo querido a Dios le pido implorando
queden mi voz y mis manos con vida y seguir cantando.




Leandro Casimiro Noriega

MILONGA

Lindo es meterse en el monte
cuando a pasao” el aguacero
recorriendo los senderos
rodeao” de tuscas y mistoles.

Ver la sombra de una nube
sobre el azul de las sierras
y asomao” tras de un cerro
los colores del arco iris.

Un remolino en la chacra
hace un desparramo e” chala.

La torcaza con sus alas
volando hacia la represa,
un chimango que hace alarde
ser dueño de las alturas.

Como enlazando una nube
el hilo de un refucilo,
dejen que silben los vientos
y que se arqueen los talas
que debajo de éste alero
jamás a pasao” nada.



Leandro Casimiro Noriega

A MIS DOS HIJAS ( Esther y Nancy ) (Canción )

Son dos pedacitos,
trocitos de nube de un amanecer,
                                  trocitos de nubes que quieren volar.
Por eso las quiero, las llevo en mi alma
porque ellas supieron llamarme papá.

Dos hijas queridas colmaron mi vida
de amor, de ternura, de felicidad,
y ahora con los años me invade una pena
por toda la dicha que voy a dejar.

Yo solo les pido no lloren mi ausencia
las llevo conmigo en el corazón
quisiera quedarme y se que no puedo
porque es la bendita voluntad de Dios.

El cielo, la luna, también las estrellas
por buenas y bellas las envidiarán
desde las alturas mirando la tierra
yo seré un lucero que las guiará.

Caminos de espinas a veces de flores
su paso en la vida seguro hallarán
senderos de gloria y desilusiones
sólo mi recuerdo las aliviaran.

Ellas son la aurora y la primavera,
la ira del día, después plenitud,
amor sin distancia, orgullo de un padre
que siempre las tuvo como única luz.


El cielo, la gloria, también las estrellas
por buenas y bellas las envidiarán.


Desde las alturas mirando la tierra
yo seré un lucero que las guiará
Bis
Desde las alturas mirando la tierra
yo seré un lucero que las guiará



Leandro Casimiro Noriega